04 marzo 2010

¡Taríiiiiiii, tarí, tarí, tarí..... tí !

Ya ha empezado en el parlamento de cataluña el paripé de los vividores del totalitarismo separatista que desean borrar cualquier cosa que huela a España de esa parte de nuestra nación.
Se veía venir: los mismos que defienden el asesinato de inocentes (descuartizándolos con un aspirador o quemados con sal) aprobando la ley del aborto, defienden con ahínco a los toros de lidia de los salvajes españoles...
Bajo la apariencia de una loable defensa de los animales subyace la verdadera intención: intentar convencernos, mediante el pisoteo de la libertad, de que Cataluña no es España. Trabajo inútil.
Detesto el fúbol profesional, ese espectáculo en los que se berrea, se insulta y agrede al adversario, se ofende a los símbolos, se hacen miles de marrullerías, se da mal ejemplo a los niños, se despilfarran cantidades indecentes de dinero, etc, etc, y no se me ocurre pedir, y mucho menos apoyar, que lo prohiban. Allá cada cual.
He oido sandeces tales como comparar los toros con el maltrato a las mujeres... y también verdaderos alegatos bientencionados respecto al maltrato animal.
Los respeto, pero si se prohiben los toros desaparecerá esa especie; ¿Habrá peor maltrato que la extinción de una especie entera?
Es como el que se llena la boca con la defensa de los derechos de los trabajadores y los priva del primero de todos: el derecho a trabajar mandándolos, por millones, al paro.
Pero en fin, volviendo a los trasconejaos en sensibles defensores del derecho a la vida de los animales, les propongo otras iniciativas para abundar en su honorable lucha:

1ª.- Prohibición inmediata de los raticidas. Cuando un pobre roedor come uno de estos cebos sufre una serie de dolorosas hemorragias internas que lo llevan a una lenta y dolorosa agonía; y esto es intolerable. Así pues dejemos que ratas y ratones campen libres entre cosechas y hogares.

2ª Prohibición instantánea de la caza, deporte cruel y desigual en el los pobres patos, conejos, liebres, cervatillos, perdices y demás, no tienen ninguna posibilidad de vencer a su adversario.

3ª Prohibición de los mataderos. Estas terribles instalaciones de exterminio aniquilan a millones de almas, uy perdón, de animales cada año. Además lo hacen con procedimientos tan infames como la electrocución o el desangrado. ¿No les parte el corazón esa mirada triste de pollos, cerdos, terneras, gallinas, pavos, burros, mulos, etc, etc, hacinados en esos camiones camino del matadero? Insoportable; hay que prohibirlo.

4ª Prohibición sumarísima de detergentes, jabones, champúes, desinfectantes y demás productos de limpieza. ¿Es que nadie ha pensado lo que deben pasar esas pobres bacterias cuando uno de esos agentes químicos les disuelven sus delicadas membranas citoplasmáticas y mueren con todos sus orgánulos dispersados en un enorme Tsunami en el lavabo o la bañera? ¡Qué masacre más intolerable! ¡Abajo el jabón!

5ª Prohibición urgente de todas las medicinas de acción antibiótica, antivírica y antitumoral. Todas las criaturas, todos son hijos de Dios se decía antiguamente, tienen derecho a la vida. Por el simple hecho de haber entrado ilegalmente en nuestro cuerpo, sin papeles vamos, no tenemos derecho alguno a matarlos. ¡Campen a sus anchas bacilos, tumores, virus, bubas y tabardillos y seamos para el mundo ejemplo de tolerancia y civismo!

Y ahora pensemos en las plantas, frutas, verduras y vegetales en general. Como seres vivos que son, dignos de todo nuestro respeto... ¡Pobres tomates! descuartizados y espolvoreados con sal, ¡Con lo que eso escuece...!

¿Seguimos? ¿Cómo, que esto es pasarse?

No; es coherencia.
Lo que es pasarse es querer imponer a los demás las propias opiniones; el no respetar la Libertad y escudarse en actitudes bienintencionadas para ejercer el separatismo excluyente más sectario.


Como dice el personaje de José Mota: ¡Váuste a la mierda, mugrosos!

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