Las ausencias a los actos de celebración del Día de la Constitución fueron clamorosas: varios ministros y vicepresidentes del Gobierno, presidentes de comunidades autónomas y la Familia Real.
De estos últimos nadie se extraña pues ZP los tiene informativamente secuestrados y con orden de desaparición en los medios de comunicación, salvo que se trate de algo negativo, claro está.
Y de las comunidades autónomas parace que los únicos que faltaron fueron los del Pepé.
No fue así exactamente. Pero unos han sido, otra vez, más listos que los otros:
El Gobierno y la Pesoe lo han conseguido:
La noticia tras la celebración del 31º aniversario no fue ni el escandaloso retraso de más de tres años del fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña que el mismo ZP ha impulsado, ni las presiones y amenazas directas del nacionalismo catalán y del propio PSC para que el fallo sea de su agrado. No. El foco mediático alentado por la Pesoe se centró en la ausencia de los presidentes autonómicos de Galicia, Castilla y León, Madrid, Valencia, Murcia, La Rioja (seis, junto a los presidentes de las ciudades autónomas). Los del PP.
Nada sobre otras sonadas ausencias, como las de los cuatro presidentes socialistas de Andalucía, Extremadura, Baleares y Asturias. O las de los de Canarias y Cantabria... Por supuesto, anecdóticas y sin relevancia alguna las faltas de cinco miembros del Gobierno, incluidos dos de sus tres vicepresidentes: el ministro de Justicia Francisco Caamaño, la ministra de Defensa, Carme Chacón; la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde; la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, y el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial Manuel Chaves. Ninguno de ellos contaba con acto o viaje alguno en su agenda para justificar su falta. Hasta la foto de familia es de lejos para que no se noten sus ausencias.
Pero de estos, el aparato escretor de la Pesoe, no ha dicho ni mú.
Para eso está.
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