Si le has faltado al respeto, con reiteración, al anfitrión de la fiesta, ¿cómo quieres que te invite a su casa al baile?
No hagas más el ridículo y deja de arrastrar el buen nombre que en su día tuvo nuestro pais por el suelo.
Si además todo es falso. Si no quieres ir. ¿Cómo te vas a presentar en esa reunión si llevas alardeando de la fortaleza y la salud de nuestro sistema financiero (heredada) un siglo. Si hasta hace tres días negabas la crisis.
¿Con qué cara vas a justificar que, por tu inacción por las elecciones, ahora hay 800.000 OCHOCIENTOS MIL parados más.
Si, además no tienes nada que aportar. Si eres un rehén de tus socios, las sangujielas nacionalistas.
Anda, cállate ya y no nos pongas más en ridículo.
Y no pienses que si gana Obama la cosa va a mejorar: no eres nadie en el contexto internacional y vas a seguir siendo eso, nadie. Así que reza para que gane McCain. Podrás seguir echándole a otro la culpa de todos los males; que se reducen a uno solo: tu ineptitud.

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