17 octubre 2010

El coño la Bernarda (Con perdón)

O el pito de un sereno, como dijo el otro.

Cuando un gobernante, despreciado y despreciable, no sólo no cree en su propia Nación, sino que además no la respeta, la arruina y es capaz de traicionarla por un puñado de votos, los enemigos le pierden el respeto y se le suben a las barbas.
A los ciudadanos no les queda más remedio que abuchearlo y esperar, con la papeleta cargada, a las próximas elecciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menudo facha estás hecho y que podrido tienes el cerebro.

A ver si con suerte desapareces rápidamente de la faz de la tierra (O por accidente o por causas naturales, lo que ocurra antes). Antes que tu y tus secuaces provoquéis otra confrontación civil en este país.

Pasatelo bien en tu infierno.