Quien lea hoy los titulares de los periódicos o vea los informativos de TV, pensará que ayer ganó España.
Craso error; ayer perdió.
Y perdimos todos debido a la Traición Constitucional propiciada por el ebuztero que cedió a las exigencias soberanistas de sus socios parlamentarios de la izmierda republicana y puso a toda la maquinaria de su partido al servicio de la independencia catalana.
Algunas personas, que se sorprendían de la gamberra reacción a la sentencia del pequeño separatista cordobés, tienen una memoria histórica muy breve y una vergüenza inexistente.
Aquí un ejemplo de la más absoluta indecencia socialista, valga la redundancia.
2 comentarios:
La entrada, como siempre, da en la diana.
Los del capullo siempre hacen las cosas "porque no tienen más remedio" y "porque en este momento es lo mejor". Luego se demuestra que podían haberse opuesto sin que pasara nada y podían haber evitado consecuencias indeseables ¿o eran deseables?
Como con la ley del aborto, la del menor, la de educación...
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